Writedown selectivo de deuda.
Hace unos meses escribimos un artículo titulado «The Big Writedown« en el que advertíamos de la posibilidad de que el callejón sin salida de la deuda masiva en la que está todo el mundo sumido pudiera ser soslayado de manera, digamos, imaginativa.
Esa fórmula no es otra que la de eliminar selectivamente emisiones de deuda que en su práctica totalidad estén en manos de los respectivos bancos centrales.
De ese modo, la pérdida que conlleva todo default se contabilizaría en los únicos balances contables del mundo que se pueden cuadrar fabricando dinero de la nada y moldear como un chicle, o sea los balances de los bancos centrales.
Si el acreedor no sale perjudicado nadie saldrá, puesto que el deudor mejorará su balance, que tendrá menor deuda y será un poco más sostenible que antes.
Si además las calificadoras de riesgo miran hacia otro lado, o sea, se sacan de su inescrutable manga un eufemismo que permita mantener un rating digno después del default selectivo, el deudor se irá de rositas sin dejar a nadie colgado, puesto que el BCE tapará con dinero nuevo el agujero del default.
Por el momento no se han atrevido a crear emisiones de deuda soberana ad hoc para que sean compradas íntegramente por los bancos centrales, pero sí que se han comenzado ya a colocar discretamente emisiones de deuda corporativa europea exclusivamente emitidas para el BCE, como explica Gurusblog en «Creando bonos para vendérselos al BCE«.
Lógicamente esa deuda emitida se intercambia en la ventanilla del BCE por un dinero fresco que se destina para cubrir vencimientos de otras emisiones cuyos acreedores son diversos e intolerantes ante potenciales eventos de crédito. Por cierto, tampoco es baladí el hecho de que las dos primeras emisiones creadas ad hoc para el BCE sean de empresas españolas (Iberdrola y Repsol), al fin y al cabo los grandes remedios deben aplicarse especialmente donde están los grandes problemas.
Pero el camino está ya marcado y la prueba piloto de los emisores corporativos en marcha. Quizá sea esa la única solución posible para reducir la deuda, puesto que la dilución de la misma a base de inflación se está demostrando una misión imposible en este entorno deflacionario. La cuestión será cómo se lo tomarán los deudores con emisiones colocadas en manos de acreedores diversos que, una vez más, verán como los bancos centrales premian a los endeudados más insolventes y castigan a los que siguen respetando las reglas de juego contables que nos enseñaron de pequeños. Y no olvidemos que las consecuencias del pan para hoy, o sea de premiar con respiración asistida a los ineficientes, nos condena a todos a un escaso crecimiento y a una economía enferma a largo plazo. Ni que decir tiene que en este escenario invertir en renta fija supone una ruleta rusa de la que deberían huír los inversores más conservadores.
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Artículos recomendados para inversores 154Academia de Inversión – Aprende value investing desde cero 26/08/2016[…] Además, los tipos a cero y negativos están poniendo fecha de caducidad a este equilibrio imposible, ya que se está distorsionando una de las leyes universales del Mercado: Si el dinero no vale dinero, penalizando a quien lo posee y premiando a quien lo debe, no hay incentivo alguno para una economía productiva ni para la competitividad. Además, esos tipos cero o negativos torpedean la supervivencia de agentes económicos institucionales como bancos, aseguradoras, fondos de pensiones (privados o públicos), etc. vitales para el funcionamiento del Sistema (podéis leer más sobre ello en “Intereses negativos y Darwin”). Por tanto, o se revierten los tipos a niveles más saludables pronto, o los daños sistémicos serán irreversibles. Pero la cuadratura del círculo no es tan fácil, porque por otro lado las economías desarrolladas no están aún preparadas para volver a tipos positivos sin dolorosísimos defaults, inevitables por su endeudamiento sideral. Y dichos defaults o impagos se propagarán masivamente por la interconexión global que también existe en el mercado de deuda, a pesar de los intentos imaginativos para separar los huevos de la tortilla y de nuevo meterlos de nuevo en su cáscara. […]
Winter is coming… | ClusterFamilyOffice Blog 26/08/2016