El Tarot Financiero para el 2012
Saber qué tipos de activos o las acciones de qué empresas van a dispararse en los próximos meses, es la quimera de aquellos que en lugar de invertir, especulan. De los que pretenden un pelotazo que les saque de los apuros en los que han incurrido por su mala cabeza. Pero aún suponiendo que la Diosa Fortuna les sonría, su cabeza seguirá siendo igual de mala. Por lo tanto se creerán hábiles inversores en lugar de meros afortunados, y sus secuencias apuros-pelotazos-apuros se repetirán cíclicamente, en el mejor de los casos. A largo plazo el resultado para la mayoría de ellos es que sus incursiones como especuladores (aunque ellos se autodefinan como inversores), lejos de complementar sus ingresos, les cuestan buena parte de sus rentas laborales conseguidas con el sudor de su frente a lo largo de los años. Y si en algún momento hiciesen un cómputo objetivo de sus ganancias y pérdidas, algo que evitan hacer consciente o inconscientemente, el saldo les demostraría la cruda realidad: Que a lo largo de su vida inversora, buena parte de su bienestar y el de sus Familias se lo llevó Mr. Market.
Me atrevería a decir que la mayoría de los que se consideran inversores no son más que ludópatas, que se autoconvencen de que jugarse su dinero en una ruleta de precios cambiantes en sus pantallas buscando ganancias a corto plazo, es algo muy distinto que dejarse el sueldo, en una tragaperras, al rojo o al negro o sobre el tapete de un Black Jack. Pero no. Unas y otras son simplemente apuestas con distinto formato, pero ludopatía al fin y al cabo. Y tienen el mismo final: La pérdida de mayores o menores cantidades de dinero (dependiendo del grado de ludopatía), que en el presente y futuro hacen y harán mucha falta a la Familia y a sus herederos.
Como bien dijo el Nobel de Economía Paul Samuelson, «Investing should be more like watching paint dry or watching grass grow. If you want excitement, take $800 and go to Las Vegas». Llevaba toda la razón, porque inversión debe ser sinónimo de creación de riqueza, y no de especulación. Y la creación de riqueza suele venir de la mano de los negocios, de las empresas. Por lo tanto, la ganancia en la compra de acciones debemos esperarla en clave empresarial, con tempos de Empresa, en los que las corporaciones sean capaces de crecer y mejorar sus respectivos negocios. Y eso no se genera de la noche a la mañana, ni siquiera en empresas tecnológicas, donde los sucesos se producen a un ritmo vertiginoso, aunque a menudo más efímeros y menos sostenibles. Cualquier otra generación de riqueza más inmediata es pura especulación o uso de información privilegiada -aunque en la mayoría de casos dicha información resulta ser mucho más inútil, o incluso maliciosa, que privilegiada-.
Dicho esto, a nadie se le debería escapar que las predicciones de lo que les suceda a los Mercados en los próximos meses, a corto e incluso medio plazo, pierde relevancia y fundamento. Es más, dicho afán por predecir los movimientos próximos de Mr. Market, se convierte en un puñado de árboles que impiden ver la frondosidad del bosque a los que están lejos de poderse llamar Inversores. Un bosque que es nada menos que la esencia de la progresión adecuada del patrimonio de nuestras Familias a lo largo de nuestras vidas. Parafraseando a Samuelson, lo que hacen la mayoría de los mal llamados inversores es sentarse impacientemente en su jardín, esperando ver cómo crece su césped ante sus propios ojos. Y dicha impaciencia les lleva a realizar día tras día innumerables insensateces con su sufrido jardín, que no hacen más que perjudicar su frondosidad futura.
No obstante, pocas cosas venden más que una predicción de bolsa al más puro estilo tarotista. Y no importa si dichos vaticinios se cumplen o erran estrepitosamente, no. El interés de la masa hormigueante que habita los Mercados olvida despreocupadamente la comprobación del nivel de acierto de los analistos, y se centra soprendentemente en la próxima tirada de Tarot adivinatorio! Lamentablemente, tanto los especuladores como los que se creen inversores, se obstinan inconscientemente en la búsqueda de un árbol tras otro, en lugar de dejarse envolver por la magia del bosque empresarial de la creación de la riqueza.
Para acabar, os dejo una predicción de los Mercados para este 2012: La financiación a 3 años de liquidez ilimitada que el BCE está ofreciendo a la banca europea, está haciendo que se aplace un trienio el riesgo de colapso inminente del sistema bancario europeo. Y eso, junto con la incipiente recuperación de la economía norteamericana, el soft landing de China y el empuje del mundo emergente (cada vez más emergido), hará que los mercados recuperen cierto tono. Y decimos sólo «cierto tono» porque tenemos aún sobre nosotros nubarrones de difícil digestión, como son la insolvencia griega y portuguesa para este 2012/3. En la medida en que sepamos gestionar ambas insolvencias y podamos devaluar el euro convenientemente, podremos ver un rally bursátil generalizado, que podría tener un muy importante recorrido. Además, no debemos olvidar que la Solvencia, ese divino tesoro del siglo pasado, ha cambiado de manos públicas a privadas, o sea corporativas.
Llamadme iluso, pero espero que no hayáis centrado vuestro interés en el último párrafo de este artículo.