La esquizofrenia del negocio bancario
Hay algo peor que ser pobre e insolvente, y es que además se deba esconder la misera y simular opulencia y grandeza. ¡Ay de quien deba disfrazarse de rico, sin serlo, para poder subsistir en su negocio! Porque la insolvencia y la pobreza, con sinceridad y honradez se tornan más dignas, más esperanzadas y menos miserables. Y es que dedicarse a un negocio, como el bancario, que necesariamente obliga a quien lo ejerce a simular riqueza y solidez para ganarse la confianza de sus clientes, es algo con lo que se puede convivir cuando realmente la entidad bancaria es rica y solvente. Pero cuando el negocio se tuerce y el apalancamiento intrínseco a la propia actividad bancaria se come con patatas la solvencia y la solidez de las entidades, esa fachada de opulencia se convierte en una macabra mentira, que acaba con la pérdida esquizofrénica de todo contacto con la realidad (como dijimos enEuroesquizofrenia) por parte de los vendedores. Es como atravesar el desierto bien abrigado, sin agua, y teniendo que fingir de forma chulesca y altiva que no existe el calor, el cansancio ni la sed. Surrealista.
Entonces el surrealismo alcanza cotas asquerosas de bajeza, llevando a los empleados de banca a argumentar de forma absurda y deplorable la «solidez» de las entidades en las que militan. La mayoría jamás fueron asesores sino simples vendedores, y hoy muchos ya no son más que burdos charlatanes. Vemos ejemplos de ello por doquier, como cuando después de una intervención del Estado (otro que debe disimular a toda costa su insolvencia) o una absorción por parte de otro banco mayor y/o con menor insolvencia, los empleados argumentan que ahora el dinero de sus sufridos Clientes está por fin mucho más seguro que antes (sic). O sea que llevan años defendiendo a capa y espada la solvencia y la independencia de la entidad, y al momento de ser rescatada/absorbida insisten en que a partir de ese instante son al fin suficientemente solventes como para que sus Clientes mantengan sus ahorros allí: «Antes no, pero ahora sí…. de verdad de la buena… lo juro, por estas… palabrita del Niño Jesús… es lo mejor que nos podía pasar… nuestro rating ahora será de… pocas entidades pueden decir lo mismo… ahora somos mucho más fuertes y solventes… le reservo unas acciones preferentes, cédulas hipotecarias o estructurados garantizados que me los quitan de las manos, oiga…» Hemos llegado incluso a tener que oír que una entidad intervenida/rescatada es hoy «la más solvente de España», tan sólo porque papá Estado les ha inyectado lo suficiente para que puedan abrir persianas a la mañana siguiente.
Y si hablamos de los grandes bancos de España, también hemos visto como hace unos meses la familia Botín canjeaba por primera vez sus dividendos en dinero y no en acciones, abandonando -relativamente- su propio barco en plena zozobra. Óbviamente los Botín han hecho un gran negocio con ese canje, puesto que el precio de las acciones de su banco han seguido desplomándose de forma imparable, y podrían hoy recomprarlas muy por debajo de aquel precio… aunque no sé por qué me da en la nariz que quizá tampoco lo hagan.
En definitiva, cuando toda la banca española se enfrenta a la quiebra inminente con uñas y dientes, los ahorradores acaban siendo arañados y mordidos. Los sufridos inversores tienen hoy ante si a zombies andantes que tratan de disimular su podredumbre con sus mejores sedes sedas, joyas y maquillajes sórdidos. Poco les importa a los banqueros que para simular solvencia deban falsear el valor de sus activos, estafar a los ahorradores para que compren acciones en su salida a bolsa, o que para equilibrar sus cuentas deban engañar a su Clientes de la forma más cruel y deshonesta. No. Lo único que les importa es sobrevivir a toda costa a la quiebra en la que se han acostumbrado a agonizar desde hace ya más de 3 años. Y para ello, cualquier artimaña vale: Presiones políticas, tráfico de influencias, amenazas inconfesables para exigir rescates y favores financieros, delitos contables, tasaciones y auditorías manipuladas, competencia inmobiliaria y de seguros deshonesta, campañas de captación de fondos y de Clientes agresivas y engañosas, abusos de confianza de auténtico juzgado de guardia, todo tipo de mentiras y falsedades para arrancar a clientes de las fauces de la competencia, y un largo y vomitivo etcétera.
Como se ha evidenciado últimamente, no hay nada más peligroso y letal para los intereses de los ahorradores e inversores, que un banco herido de muerte. Y hoy en España todas las entidades lo están. Presenciamos pues en nuestros días un macabro concurso de belleza bancaria, donde las Misses se exhiben en la pasarela con sus mejores galas, poses y maquillajes. Tratan como sea de dar una imagen opuesta a la situación real en la que malviven. Porque la esencia de su negocio es la confianza que generan en sus Clientes, y eso es un lastre demasiado pesado para su anorexia y podredumbre actual. Sobre la pasarela ya no hay glamour, sino zombies tísicas con maquillajes esperpénticos, que pretenden nuestro dinero a cambio de quimeras de garantía y seguridad. Pero ambas virtudes las perdieron durante la burbuja inmobiliaria y de crédito de la última década. Justo en aquellos tiempos en los que todas ellas se sentían Miss Universo en un concurso de belleza nacional, donde un público entregado las aclamaba, vitoreaba y piropeaba como nunca.
“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”
Hoy pienso que lo habéis bordado. Añadiría a lo expuesto que España siempre ha sido un país de apariencias y que aquí todos hemos querido aparentar lo que no eramos. Que bien lo expresaba Cervantes en el Quijote …
Franlodo 09/05/2012La pregunta que más se escucha últimamente, y que también se hacían muchos en 2009, es muy sencilla: ¿qué hacemos con nuestro dinero?¿Lo sacamos del banco?¿Lo guardamos debajo del colchón? La nacionalización parcial de Bankia, negada por un sector de la clase política valenciana, ha sido lo que faltaba para aumentar la sensación de inseguridad y desconfianza que cada vez tiene más gente, especialmente en nuestro país.
DJ5 09/05/2012Gracias Franlodo, siguiendo con la obra de Cervantes te diría que esta vez sí que son gigantes los que nos acechan, a pesar de que banqueros y políticos juren que son simples molinos de viento 😉
DJ5 esa es una pregunta que nos hacen habitualmente quienes aún no son Clientes de la casa (los que son ya Clientes, óbviamente, conocen perfectamente la respuesta y ya la aplicamos a sus activos). Por lo tanto, te diría que lo mejor que se puede hacer es buscar ayuda profesional y honesta (una aguja en un pajar, sí, ya lo sé). Lo malo es que para conseguirla, a menudo hay que tener un mínimo de patrimonio y mucho acierto a la hora de elegir. Como directriz genérica a seguir, te diré que hay que evitar asesores bancarios y gestores de carteras con métodos de trading e iluminaciones varias. Y entre los asesores independientes, hay que buscar honradez y formación. Siempre es mejor dejarse asesorar por un profesional que coinvierta su dinero con sus clientes, y que además esté relativamente bien acomodado (de lo contrario, lagarto, lagarto). Además, siempre será mejor un auténtico Family Office que un simole asesor financiero, ya que por el mismo precio tendrás asesoramiento para todos tus activos (dinero, empresa, inmuebles) y también para tratar tus asuntos legales y fiscales, que deben ir perfectamente coordinados con tus inversiones.
Aquellos con patrimonios menores (<1 ó 2 millones), que no puedan acceder a un Family Office o asesoramiento independiente de calidad, deben tomar ciertas precauciones: Por ejemplo no invertir en productos que integren su dinero dentro del balance contable de los bancos (depósitos, fondos de inversión que inviertan en deuda y/o acciones de bancos, deuda subordinada, acciones preferentes, productos estructurados garantizados por la entidad, etc.). Y no hay problema en invertir en fondos de inversión internacionales que a su vez inviertan en activos solventes y fuera de riesgos periféricos. Estos fondos, bien elegidos, pueden comprarse a través de algunos bancos españoles (no todos), y la insolvencia de esos bancos no afecta para nada a los fondos internacionales depositados en ellos, ya que estos activos no entran en sus balances sino que son simplemente depositados en el banco.
Como siempre hemos hecho, podemos aclarar vuestras dudas si lo solicitáis a través de nuestra web corporativa.
Salud y €
Gurús Mundi 09/05/2012La alineación TOTAL de los intereses de los clientes con los de sus asesores me parece algo no sólo deseable, sino necesario, en la medida de las posibilidades. La cuestión es si es realmente posible o se trata tan sólo de una utopía o de un ideal difícilmente alcanzable precisamente por el conflicto de intereses que existe, paradójicamente, en la práctica entre los asesores que viven de las minutas que les cargan a los clientes, lo que les lleva a prestarles servicios cuestionables o innecesarios, calificados como de valor añadido en muchas ocasiones u ofrecidos como exclusivos o diferenciados. Afortunadamente, siempre hay excepciones y al final, como decíais en otro post, encontrar ayuda profesional y honesta se convierte en algo tan difícil como encontrar una aguja en un pajar lo que, a mi entender, hace que un buen asesor, que los hay, sea más valioso para el que lo encuentre.
DJDJ 09/05/2012Pero, dicho esto, y fijándose más en los gestores de fondos o en los asesores financieros, lo que no me parece de recibo es ver cómo un gestor cobra anualmente 200.000, 500.000 o 1.000.000€ o $, y en algunos casos muchísimo más, por la gestión de unas cantidades enormes de dinero, como se desprende de las cuentas anuales de los fondos, mientras que sus fondos pierden anualmente un 5, un 10, un 15% incluso más de su patrimonio, en unos casos debido a las circunstancias y a la evolución del mercado y en otros debido a la mala actuación del gestor o del equipo de gestores, a los dos a la vez. Lo lógico sería que, sólo si el gestor hiciera ganar dinero al inversor o, como mucho y apurando, las pérdidas fueran muy reducidas, este tuviera derecho a cobrar sus honorarios. Pero, por hacerme perder dinero, ¿qué ha de cobrar?
En la banca, donde no sólo se gestionan fondos, sino patrimonios enteros, tenemos ejemplos muy claros de lo que os digo. Cuando el banco en cuestión tiene beneficios, estos se reparten entre los accionistas y los miembros del consejo. Cuando tiene pérdidas, los miembros del consejo siguen cobrando cantidades enormes de dinero y menos primas y, si lo hacen fatal, al menos en España, en lugar de cerrar la empresa y echarlos a la calle, como ocurriría en cualquier empresa digamos “normal”, los salvan y les dan dinero a fondo perdido o en condiciones ventajosas, no como en otros países, que lo tienen que devolver.
Saludos.
[…] el negocio bancario necesita obligatoriamente aparentar opulencia para seguir existiendo. La esquizofrenia del negocio bancario lleva a banqueros y políticos al surrealismo de negar las evidencias hasta que viene Mr. Market y […]
Bolsa Economía Inversión- Gurusblog 09/05/2012