Rentistas, bonistas y demás especies en vías de extinción.
Resulta evidente que la ingente labor de los bancos centrales del mundo desarrollado está acabando con uno de los pilares del Sistema financiero hasta hoy conocido: La llamada genéricamente renta fija. Y no sólo los bonistas o rentistas van a sufrir pérdidas -o en el mejor de los casos ausencia de rentas- sino que junto con ellos hay un mundo de inversores institucionales que dependen también de retornos estables a largo plazo, como por ejemplo aseguradoras o fondos de pensiones públicos y privados. ¿Qué están haciendo estos inversores ante la ausencia de rentas y el oscuro horizonte de la renta fija? La respuesta es tan diversa como el perfil de los afectados.
La mayoría de rentistas institucionales son «adictos» a los rendimientos, es decir que no pueden conformarse con rendimientos negativos o escasos durante mucho tiempo porque la supervivencia de su propio modelo de negocio depende de esas rentas a largo plazo. Temerariamente están aceptando mayores riesgos para mantener a flote unos mínimos rendimientos que les maquillen a corto plazo la situación. Pero esa solución no es sostenible en el tiempo, puesto que los impagos acabarán por aflorar y afectar letalmente los cálculos actuariales, rentas, pensiones, etc. Podéis releer aquí los brutales efectos que suponían tan sólo un leve descenso en las rentas previstas, según un estudio de McKinsey Global Institute.
La pregunta del millón es dónde encontrar rentas sostenibles a largo plazo en el escenario actual de represión financiera. Y la respuesta hay que buscarla lejos de la renta fija afectada por las políticas de compras masivas de los bancos centrales. Es cierto que los inversores, ávidos de rentas, también están generado ciertas burbujas en otros activos como los créditos hipotecarios, los préstamos directos corporativos o los préstamos al consumo (P2P), pero todavía existen nichos interesantes si no queremos arrojarnos directamente en brazos de la renta variable.
No obstante, no debemos confundir activos que generan rentas aún interesantes con las rentas estables que han generado durante décadas los bonos de renta fija tradicional (estabilidad que ha llegado a su fin por la burbuja creada por los QE). Esos activos, como las hipotecas en mercados con ciclos inmobiliarios crecientes, el direct lending corporativo, las plataformas de crédito P2P o los ILS, tienen una volatilidad que no debemos menospreciar. Quien invierta en activos alternativos generadores de rentas debe comprender que sus valoraciones son volátiles, sus mercados más estrechos y su liquidez limitada. Sin embargo, bien seleccionados, podemos encontrar todavía muy buenos fondos de inversión que invierten en activos con un binomio rentabilidad riesgo más que aceptable.
La mala noticia para el inversor retail es que estamos hablando de la llamada inversión alternativa, es decir fondos que no están regulados bajo la denominación UCITS y que en su mayoría no están registrados en España para su comercialización. ¿Significa eso que la gestión alternativa no está regulada? En absoluto. La UE regula bajo la denominación AIFMD los fondos de gestión alternativa, del mismo modo como regula bajo las siglas UCITS la gestión ordinaria. Cada vez son más las gestoras y fondos de todo el mundo que se incorporan a los standards europeos regulatorios, bien sea como fondos UCITS o AIFMD, aunque lamentablemente su registro para comercializarse en España no sea en muchos casos prioritario para todas las gestoras. Además hay otros muchos fondos alternativos interesantes que están regulados en otras jurisdicciones, como por ejemplo la norteamericana, y que todavía no tienen una versión AIFMD.
El triste resultado de todo esto es que los rentistas retail, que carecen en su inmensa mayoría de los 250.000′- eur mínimos para poder tener un vehículo de inversión propio que les permita acceder a todo tipo de fondos, alternativos y ordinarios, están condenados a seguir invirtiendo en la burbujeante renta fija tradicional o asumir la volatilidad de la renta variable para el conjunto de sus carteras. Y en los tiempos que corren y correrán durante años, la inversión alternativa es imprescindible si se quieren evitar los riesgos del estallido de la burbuja de renta fija actual. Sólo con estrategias de brillantes gestores de fondos alternativos podremos conseguir rentas comparables a las de los bonistas tradicionales. Eso sí, con mayores volatilidades y con liquidez mensual (no diaria, aunque en renta fija también se empiezan a intuir problemas de liquidez), pero rentas al fin y al cabo, y con un binomio rentabilidad-riesgo muchísimo más racional que el que ofrece la demencial renta fija actual.
Más allá de la generación de rentas alternativas también se puede arañar algún rendimiento en todo el abanico de fondos llamados de retorno absoluto, event driven, arbitrage, cuantitativos, market neutral, etc., pero encontrar ahí gestores muy consistentes a lo largo del tiempo resulta difícil. Una vez más, si nos tenemos que limitar al universo de fondos registrados en España las opciones se reducen a tan sólo un 10% del total de fondos existentes en el mundo, y se impone la necesidad de tener un vehículo de inversión propio totalmente transparente, que nos permita acceder a cualquier fondo del mundo difiriendo la fiscalidad como en cualquier sicav o fondo español. Otra opción sería obtener rendimientos a largo plazo interesantes en renta variable, pero ahí ya no estamos hablando de rentas sino de inversión volátil en Valor y a largo plazo. Por supuesto también podemos ganar o perder comprando valores refugio como por ejemplo el franco suizo o los metales preciosos, pero con un componente mucho más especulativo y alejado del perfil rentista o bonista que nos ocupa y preocupa.
En definitiva, todo rentista que pretenda seguir siéndolo de manera conservadora, deberá abandonar el riesgo de la renta fija tradicional en favor de rentas alternativas. Lo cual, como ya hemos explicado, no resulta fácil sin un mínimo de 250.000′- eur y un vehículo de inversión propio. Si un rentista no dispone de ello, bien haría en olvidarse de las rentas recurrentes y centrarse en el rendimiento a largo plazo de una buena selección de gestores de fondos de renta variable. Y para navegar en renta variable con el viento del crecimiento económico a favor (que por cierto también está en vías de extinción), debe fijarse en economías crecientes como la India, Vietnam, China, etc., o apuntar al resurgir de aves fénix como Brasil o Rusia.
La renta fija no volverá a ofrecer un binomio rentabilidad-riesgo decente hasta que el exceso de deuda se purgue, la solvencia regrese, los bancos centrales reduzcan sus balances, el crecimiento económico se reactive y los tipos de interés se normalicen por encima del 2%. A cuál escenario más lejano, verdad? Pues eso, el rentista y el bonista deben buscar rentas alternativas o extinguirse al igual que lo harán sus rentas tradicionales.
P.D. Por cierto, hoy el Tesoro español ha colocado más de 4.010 millones de euros de deuda ganando más dinero que nunca… y hay bofetadas para prestarle dinero al Estado perdiendo dinero! Vamos de cabeza a un E.L.E. para los rentistas en toda regla.
[…] ¿Acaso las cifras de la economía norteamericana no son ciertas? ¿Es que la reducción en la creación de empleo que vimos la pasada semana es el preludio de otra recesión fatal en USA? No van por ahí los tiros. La explicación la encontraremos si ampliamos el campo de visión y analizamos lo que está ocurriendo a nivel global con los tipos y sus curvas. La situación es tan caótica a nivel de deuda global que los bancos centrales de las economías desarrolladas, a excepción de la FED, están aplastando los tipos a terreno negativo en sus emisiones domésticas de manera masiva. Y ello obliga a los inversores a tener que buscar rendimientos positivos allá donde los hay, es decir aplastando los yields de la mayoría de activos (como ya advertíamos aquí). […]
La distorsión de la deuda global - ChatNews 10/05/2016