¿Qué está ocurriendo realmente en Irak?
Los noticieros se encargan de informarnos en estos últimos días de que el gobierno iraquí está luchando dentro de sus propias fronteras contra un enemigo que abraza el más sangriento yihadismo: El Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL). Es decir, la deriva violenta radical del salafismo que ampara el gobierno saudí, país que por su parte defiende la lectura más literal y puritana del Islam. ISIL, que conquista territorio día a día en Irak y que lucha también contra Bashar Al Asad en Siria (de ahí que añadieran a su acrónimo la palabra «Levante»), es tan sangriento que incluso su antaño aliado Al Qaeda dejó de apoyarlo, al menos directamente.
Sería pues pecar de simplista relacionar directamente el gobierno de Arabia Saudí con el yihadismo de ISIL, que está tratando de tomar el poder en todo el territorio iraquí. Pero si a esta ecuación le añadimos que étnicamente los dirigentes saudíes y los guerrilleros de ISIL son sunitas, y enemigos seculares de la etnia chiíta que gobierna Irak desde la evacuación de las tropas americanas, las piezas comienzan a encajar algo más. Resumiendo mucho, los chiítas de todo oriente medio vienen siendo el pueblo pobre que se extiende alrededor de los pozos petrolíferos que están bajo dominio sunita, es decir propiedad de los emiratos y países como Arabia Saudí, Bahraín, etc. Y ante la radicalización de los yihadistas suníes, occidente es ahora proclive a apoyar la etnia chiíta, que gobierna en Irak.
Estamos pues ante un conflicto en el que los chiítas deben enfrontarse a unos sunitas radicalizados, que pretenden apoderarse de Irak y Siria. Los chiítas se han alzado pues en su propia yihad o lucha religiosa, contra la yihad de ISIL. Pero el conflicto no se limita al interior de Irak, puesto que en Siria se recrudece el enfrentamiento entre suníes y los chiítas que gobiernan. Y también Irán, con su flamante gobierno moderado está entrando en el conflicto apoyando desde el noreste a los chiítas iraquíes.
Podríamos decir, aun corriendo el riesgo de simplificar en exceso, que los sunitas están siendo apoyados y financiados de manera inconfesable por los petrodólares saudíes y por Al Qaeda, es decir por los enemigos de la moderación religiosa islámica. Mientras que por su parte, los demás intereses no islamistas están utilizando a los chiítas y ofreciéndoles su apoyo financiero y armamentístico para frenar el radicalismo sunita. Y no deja de ser paradójico que Occidente considere islamismo moderado el de los chiítas como Khamenei, cuyo antecesor en el gobierno de Irán era el mismísimo Ayatollah Khomeini.
Pero ¿quién está apoyando suficientemente a los chiítas si el propio Obama ha dicho explícitamente que no va a repetir la estrategia utilizada por su antecesor Bush? La UE ni sabe, ni quiere, ni puede hacer nada, puesto que bastante tiene con mantener a flote su Eurozona y su suministro de gas a través del conflicto ucraniano, que todavía hoy carece de acuerdo definitivo. China no tiene un especial interés estratégico en la zona, puesto que ha asegurado recientemente su suministro energético con los gasoductos rusos, directamente en vena de su economía capitalista para los próximos 30 años.
¿Quien entonces podría estar interesado en que el conflicto entre sunitas y chiítas se recrudeciese y enquistase, sin un vencedor claro y con una implicación de grandes productores de crudo como Irak e Iran durante meses o años? ¿A quien le podría convenir que el precio del petróleo se disparase y que los sunitas saudíes no acabasen dominando también a esos grandes productores de crudo? Lógicamente a otro productor de petróleo cuyos intereses no coincidan en absoluto con los sunitas y su cruzada yihadista radical. ¿Lo adivinan? Efectivamente: Rusia.
Por una vez, y sin que sirva de precedente, los intereses de Putin coinciden con los de occidente, al menos en lo que se refiere a frenar el terrorismo islámico y el avance del dominio sunita radical en medio oriente. Que el precio del crudo se dispare con este conflicto es un «efecto colateral» que tan solo perjudica claramente a la UE, ya que los EE.UU. han alcanzado ya la suficiencia energética e incluso se plantean liberalizar la exportación petrolífera. Por lo tanto, los intereses de Putin y de Obama en este conflicto están mucho más próximos de lo que les gusta aparentar. Los EE.UU. no se involucrarán en la lucha de manera directa (con tropas), sino indirecta y de manera puntual. Mientras que Rusia proveerá (provee ya) en la sombra y de forma permanente armamento y medios a los chiítas para hacer frente a los sunitas. No olvidemos que los sunitas saudíes son los que vienen apoyando el separatismo checheno y sus sangrientos atentados en territorio ruso, y por tanto Putin tiene cuentas pendientes en este conflicto.
La cuestión es cómo está Rusia proveyendo a los chiítas iraquíes de armas pesadas y medios logísticos, porque esta tarea es de por sí ya muy complicada, pero casi imposible si además debe hacerse en la sombra y cruzando al menos 3 fronteras (Georgia, Armenia, Azerbaiján, Irán..). Aquí llegamos a la respuesta clave que además nos clarifica el reciente conflicto ruso-ucraniano. Y no es otra que la facilidad que supone embarcar armamento desde Crimea (territorio ruso actualmente) hasta la costa Siria vía estrecho del Bósforo, y de allí, por tierra cruzando un gobierno chiíta amigo y ayudando también a controlar ahí a los sunitas, directo a la frontera iraquí. Es decir, que la anexión de Crimea le permite a Rusia suministrar armamento a los chiítas por el oeste, en el mismo corazón del conflicto sirio-iraquí. Por vía marítima y después a través de 400km y una sola frontera, sin preguntas ni explicaciones internacionales. Versus la quimera de cruzar 800km, entrando por el norte de Irak, con 3 fronteras de por medio y un enjambre diplomático imposible, si Crimea fuese aún ucraniana.
El conflicto actual en Irak, explica pues el afán ruso por anexionarse Crimea. Con ese acceso, la exacerbación del conflicto entre chiítas y sunitas ha tardado tan sólo 3 meses en recrudecerse. Y está encareciendo el petróleo como previsto y deseado por Putin, favoreciendo los intereses rusos por encima de todo, ya que cada dólar de incremento va directo a beneficios de las petroleras rusas, que tienen unos costes de extracción bajísimos. Además, este conflicto está parando los pies a un terrorismo yihadista sunita que peligrosamente está avanzando en Irak y Siria a través de su llamado Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL).
Una curiosa conjunción astral permite que todo ello suceda. Putin tiene la bendición off the record de Obama, ya que a los EE.UU. el encarecimiento del crudo no les afecta, y esta vez es otra potencia quien se está ensuciando las manos, o sea consumiendo recursos y esfuerzos para frenar el islamismo radical en Irak. Aparentemente todos salen beneficiados, todos menos la UE y Japón. Pero moralmente también Europa está obligada a bendecir esa lucha, puesto que se está poniendo freno a un terrorismo yihadista, que geográficamente le queda muy cerca de Turquía y de la frontera oriental de la UE. En cambio Japón puede ser el gran y lejano damnificado si el petróleo se dispara, al que sólo le queda rezar a San Abenomics para levantar cabeza económica. Aviso a navegantes.
En definitiva, estos son los motivos no siempre evidentes que han llevado a esta situación. Y lo más sorprendente es que algunos ya advirtieron que podría pasar exactamente lo que está ocurriendo ahora. Hace ya 3 meses, cuando Putin invadió Crimea ante la sorpresa y la extrañeza de la mayoría que buscaban razonamientos nacionalistas, publicábamos un análisis que os recomiendo que releáis, especialmente la segunda mitad del artículo, donde habla del maquiavelismo diabólico de Putin. Sorprendente que se vayan cumpliendo exactamente paso a paso esas predicciones.
Veremos cómo evoluciona este conflicto. De momento todo va según lo previsto por Putin: Petróleo encareciéndose en 3…2…1…(por el momento tan sólo ha aumentado un 3% en los últimos días). Y si esa hoja de ruta del recrudecimiento del conflicto sunita-chiíta sigue haciéndose realidad, a pesar de que el conflicto ruso-ucraniano todavía no esté estabilizado, este otro artículo tendrá más sentido que nunca: «Desde Rusia con (más) Valor«, con un índice de bolsa rusa que ya ha subido un +22%, sin cotizar aún el potencial aumento del precio del crudo.