De la primavera árabe al invierno europeo.
John Mauldin nos deleita esta semana com otro análisis realista («Thoughts from the frontline») del porvenir de la Eurozona. Y lo hace mostrándonos gráficos recopilados de fuentes y colegas de conferencias con los que comparte análisis de este New Normal o Nuevo Paradigma en el que nos ha tocado navegar financiera y patrimonialmente. Comienza recordando en el siguiente gráfico que la deuda total, privada y pública, conviene también analizarla desde la perspectiva del endeudamiento corporativo no financiero (ex-banca). Y aquí vemos como el tejido empresarial español, está proporcionalmente mucho más asfixiado de deuda que en el resto de países hiperendeudados.
Por contra, podemos también apreciar que el sector bancario británico es el más apalancado, mientras que la deuda de dicho reino es mucho más moderada proporcionalmente, aunque sigue siendo ligeramente superior a la española. También podemos concluír que el endeudamiento público japonés es descomunal, pero en su favor hay que decir que es ostentado mayoritariamente por dinero de los propios japoneses. Es decir, que no dependen de los demás para refinanciar su deuda, además de mantener, a diferencia de lo que les ocurre a los países europeos, un total dominio sobre su moneda y política monetaria. De la productividad japonesa en comparación con la española, mejor que no hablemos. En definitiva, un gráfico curioso y revelador que nos viene a clarificar que, también en cuestión de deuda, aún hay clases. Comparadlo con el envidiable 15% de endeudamiento del Estado ruso, con un endeudamiento personal por debajo del 5%, crecimiento de su PIB del 4,3% (el tercer crecimiento mayor del mundo en 2011), inflación controlada en el 6,1% (la menor de la era post-soviética) y unas reservas extranjeras de 500.000 millones de dólares sin contar sus reservas de oro y petróleo. Por no hablar de su índice bursátil, con un promedio de PERs de 5,5, o sea la bolsa emergente que está más barata. Comparaciones odiosas, ¿verdad? Pues la buena noticia es que el mundo emergente va mucho más allá de la eterna Rusia, y afortunadamente los países desarrollados somos minoría en el planeta.
Respecto al siguiente gráfico, Mauldin se ha centrado exclusivamente en España, y eso no es un buen síntoma, desde luego. En él podemos ver el terrorífico aumento del paro juvenil que están sufriendo los jóvenes españoles desde el inicio de esta crisis, ya en el verano de 2007. Mauldin predice que dicho colapso en el aporte laboral de los estudiantes que terminan la Universidad, junto con los que ni siquiera llegan a ella, va a producir próximamente efectos de desestabilización social muy peligrosos. A diferencia de lo ocurrido con las protestas de la llamada «Primavera Árabe«, predecimos disturbios y protestas que no tendrán ni podrán tener ningún apoyo ni complicidad internacional, ya que no irán dirigidas hacia régimenes dictatoriales, sino simplemente protestas contra el creciente empobrecimiento de la ex-clase media. Es decir, disturbios e inestabilización social cuyo enemigo no tiene una cabeza visible, sino que es ni más ni menos que un enemigo sistémico. Y esa es una batalla perdida, mientras el centro del mundo se traslada a marchas forzadas hacia Oriente y Latinoamérica, donde la clase media y la riqueza crecen como lo hicieron en el mundo desarrollado durante el pasado siglo XX. Tan sólo un colapso generalizado de todas las economías del planeta, podría hacer triunfar la batalla antisistémica que algunos países periféricos iniciaremos en Europa próxima y estérilmente. Afortunadamente, nuestro sufrimiento es a la vez generación de bienestar para miles de millones de personas de economías emergentes y recientemente emergidas. Si no podemos trasladar nuestras vidas a esos entornos más proclives a la generación de riqueza, al menos traslademos de la mejor forma nuestras inversiones. Aviso a los aún navegantes, porque lamentablemente es ya demasiado tarde para avisar a los naufragados, aunque lo venimos haciendo desde hace años.
No obstante, las protestas serán inevitables ante el desmoronamiento del Estado del Bienestar en el que las generaciones más jóvenes han crecido, porque son precisamente esos jóvenes los que están ya hoy en la calle, sin trabajo, sin presente y sin futuro. Es lo que tiene una sociedad cuyo estrato social mayoritario ya no será la clase media sino la clase baja, la pobreza. Al más puro estilo sudamericano, como advertimos en el artículo «Do Not Disturbios» hace ya más de 3 años. En dicho artículo que os recomiendo releer, decíamos:
«(…) Esa inercia sembrada en el Estado del Bienestar virtual se va a corregir a golpes. Ni la crisis social va a durar uno o dos años, ni vamos a poder subsistir sin cambiar radicalmente nuestra idiosincrasia a base de muchas, muchísimas bajas. Y cuando decimos bajas nos referimos a empresas que desaparecen del mapa, a patrimonios que se extinguen y a economías domésticas modestas que quedan literalmente en la calle. (…)
El escenario va a ser un infierno inimaginable para la generación de jóvenes que todo compraban y tenían, gracias al crédito y a los ahorros de sus antepasados. Pero esa será su visión subjetiva y en realidad vamos hacia un escenario que en países centro y suramericanos conocen bien, o sea ni infierno propiamente dicho ni inimaginable. Una sociedad la de América del Sur que ha vivido desde hace muchas décadas sin apenas clase media, con una minoritaria clase bienestante y una mayoritaria clase pobre que lo pasa mal y se busca la vida (que no los lujos) de la mejor manera que sabe. (…) Supongo que algunos comentaréis que es exagerado hablar de disturbios en España, pero los conatos iniciados por Grecia o Francia vamos a verlos en nuestras calles sin duda alguna. Es sólo cuestión de tiempo. Actualmente ya hay en España más de 1.000.000 de familias en las que todos sus componentes están en paro, con subsidio o sin él. Y sólo vemos la punta de un iceberg creciente todavía alimentado por subsidios públicos. Una macabra cuenta atrás para despertar de un sueño en el que muchos ya nacieron. Eso hace que desconozcan cualquier otro modo de vida, y que el shock vaya a ser mucho más traumático. Esas generaciones intentarán revolucionar el mundo inútilmente (disturbios) en busca de un sueño irrepetible, sin ninguna otra referencia de lo que fue el mundo del s. XX antes de que estos jóvenes nacieran. Esta generación empezará pronto a preguntarse: ¿Hay vida más allá del crédito? Y la respuesta es Sí, pero mucho peor queridos amigos. Bienvenidos al mundo real, se acabaron las píldoras azules.»
Quiero recordaros que este fragmento lo escribimos en Febrero de 2009, y que las inercias del Estado del Bienestar (subsidios y ausencia de recortes contundentes hasta que la situación se ha convertido en extrema y han sido impuestos por Merkozy), junto con la incredulidad de la sociedad ante la miseria, han hecho que el despertar haya sido demasiado tardío. Hemos perdido, pues, un tiempo precioso para ponernos manos a la obra. Tan sólo debéis ver las cifras que arrojaban los gráficos a principios de 2009, cuando ya alertamos de la situación, y los que arrojan hoy, a mediados de 2012. Sean cuales sean las medidas correctivas adecuadas (el tiempo dirá), es evidente que nuestra situación sería mucho mejor y más evolucionada hacia la salida y el retorno al crecimiento, de haber comenzado a aplicarlas unos cuantos años antes, y no cuando la negligente y corrupta política se ha tenido que arrodillar ante la evidencia de la Economía.
Las protestas de la Primavera Árabe han sido fenómenos de liberación social, con mayor o menor éxito o utilidad, pero ejemplares y revolucionarios, al fin y al cabo. Sin embargo, las protestas que se nos vienen encima a la periferia europea (cada vez más cercana al corazón de la Eurozona), no presagian ninguna primavera que dé paso a una eclosión de vida y nuevo ciclo, sino un invierno crudo, duradero, estéril y tenebroso. Al menos hasta que la política monetaria y económica de los pobres y los ricos de la Eurozona, pueda distinguirse claramente para unos y para otros. Sólo la fractura y el posterior acierto en la toma de decisiones económicas independientes (condiciones ambas sine qua non), pueden darnos una oportunidad para acortar el inacabable invierno que nos espera a los países más endeudados, más pobres y menos productivos y competitivos de la Eurozona. Abríguense.
No me creo que la deuda relativa española supere en todos los campos a la de los EEUU … no sé, pero no me lo acabo de creer
Franlodo 06/05/2012No es así. Si te fijas, tanto en deuda inmobiliaria como en deuda pública, los EE.UU. nos superan ligeramente, según dicha fuente. No obstante, con un GDP creciente en USA y decreciente en España, pronto será como dices.
Salud y €.
Gurús Mundi 06/05/2012Tienes razón … me voy al oculista para que me cambie las antiparras por un bastón y un perro ….
Ya lo hemos comentado otras veces, la deuda americana está ahí, pero el día que el mundo se harte y se les deje de financiar vamos a ver que pasa. Creo que el primer síntoma será con los árabes coticen el Barril en € o los chinos vayan cambiando sus dólares por euros (¿eso no había comenzado ya?). La cuestion es cuando llegará ese momento …. se admiten apuestas.
Un saludo
Franlodo 06/05/2012[…] Nuestro Estado del Bienestar vive en la permanente esperanza de la recuperación desde hace ya varios años. Desde los esperpénticos brotes verdes hasta las previsiones macroeconómicas tozuda y sistemáticamente erróneas. Pero ello no significa que estemos cerca de ninguna mejoría. Los planes de quienes pueden decidir cuándo se debe producir esta reactivación económica en la periferia de la Eurozona son otros. Y es que son el BCE y Alemania (con el permiso del resto de economías influyentes del planeta, como China, EE.UU. etc.) quienes decidirán cuándo países como el nuestro han purgado sus excesos lo suficiente. Cuándo nuestro endeudamiento se ha desapalancado lo suficiente, nuestros sueldos se han bajado hasta niveles competitivos, nuestros presupuestos públicos se han encogido y equilibrado bastante, nuestros bancos se sostienen por sí sólos, o nuestros inmuebles han caído hasta precios asequibles para los depauperados bolsillos de nuestra sociedad. Y para todo ello, obviamente, aún faltan muchos años de travesía del desierto. […]
Seremos el mercado alemán de los años 20 06/05/2012