Un Limbo para la periferia europea
Cuando aparentemente las situaciones deben desembocar en finales bipolares, la realidad nos sorprende con desenlaces de equilibrio a menudo insospechados. La experiencia suele demostrarnos que las soluciones no acostumbran a ser ni blancas ni negras, sino grises. Probablemente menos atrevidas pero quizá también más consensuadas, más populares, para bien o para mal. Lo mismo podría ocurrir en el desenlace del embrollo de la Eurozona, donde no son compatibles por más tiempo las economías periféricas con las del eje germánico sin que nos hagamos daño de verdad.
De hecho algunas voces, que os enlazamos más abajo, comienzan ya a hablar de lo que bien podría ser el embrión de un “Limbo” donde aparcar las economías en apuros hasta el infinito y más allá el tiempo que haga falta. Ese Limbo no sería más que un estatus de miembro de la Eurozona de nueva creación, en el que los respectivos euros de los Estados ahí apartados fluctuarían en su cotización respecto al euro de la Eurozona principal, pero de forma limitada. Óbviamente sus divisas podrían seguirse llamando Euros (o no), aunque sus cotizaciones vs el Euro “A” serían sensiblemente inferiores para reactivar sus necesitadas economías. Algunos autores hablan de un Euro A a 1,80$ y un Euro B a la paridad vs $. También los tipos de interés podrían fluctuar para adaptarse a las necesidades de esos países en apuros, o lo que es lo mismo, se liberaría a las economías periféricas para manejar sus políticas monetarias sin tener que tomar en consideración a la economía germana y demás secuaces.
Al mismo tiempo, se pactarían fondos de garantía colectiva, carencias o moras en sus respectivas deudas externas, de modo que el resto de la Eurozona respaldase de alguna manera ese período, evitando así la espiral letal del aumento de las primas de riesgo y los consecuentes defaults. Todo ello simple de decir pero complejo de ejecutar, pero al fin y al cabo ¿quién dijo que evitar el colapso de la Eurozona iba a ser fácil?
Sobre el papel, dicho estatus sería temporal, y por tanto políticamente aceptable. Se evitaría así tener que reconocer términos que delatarían el fracaso político de la UE, a saber: Ruptura, expulsión o salida del Euro de cualquier país. La praxis, de facto, sería casi la misma, pero la solución no aparentaría ser tan negra como la involución/centrifugación pura y dura de la Eurozona, sino grisácea, temporal y teóricamente reversible. En definitiva estaríamos hablando de algo parecido a la utilidad que se le atribuye al “banco malo”, de inminente creación en España. Es decir, un limbo donde acumular los problemas, con la esperanza y el discurso político de que con el paso de los años -muchos- se solucionen y todo vuelva al orígen, por surrealista que éste sea. O sea, que ante la incapacidad de solucionar un problema, la UE, lejos de coger al toro por los cuernos, lo entierra bajo un sarcófago antirradiactivo. Al mas puro estilo de Chernóbile, esperando que el tiempo y las paredes de hormigón armado, consigan lo que no ha sabido conseguir la clase política de euroburócratas y demás analfabetos económicos y cobardes políticos.
Por todo ello, y porque ya se oyen distintas voces germánicas que lo promulgan, la opción del Limbo (habrá que buscar un nombre políticamente correcto y altisonante como Zona Temporal de Crecimiento, Convergencia o similar) puede ganar más y más adeptos, y convertirse en la huída hacia delante de esta Eurozona. También hay otros autores como Edward Hugh que promulgan incluso que sea Alemania la que salga temporalmente de la Eurozona (imprescindible leer su Ensayo de principios de este año: The Wolfson question. A reflective Essay by Edward Hugh)
Volviendo a la opción de que sea la periferia la que se aparque en el Limbo, por supuesto, dicho “apartheid” tendrá un calendario de reentrada muy, pero que muy electoralista optimista. Tanto que indefectiblemente se verá revisado y retrasado con el paso de los años, a conveniencia de la política electoralista más hipócrita, como ocurre con los calendarios de déficits actuales. Al fin y al cabo, ¿a qué político europeo le preocupan los problemas que han de llegar más allá de su propia legislatura, o a lo sumo la siguiente? Quien venga después que apechugue con sus electores y sus propias rupturas de promesas y tratados varios. Es decir, el último que apague la luz… Esa es la miserable esencia de nuestros políticos, que están en las antípodas del estadismo necesario, como ya dijimos en este artículo.
Las urgencias de Grecia probablemente sean la palanca que fuercen la apertura de esta vía, ya que sin una situación verdaderamente límite, la política europea ha venido demostrado su pasividad exasperante y nacionalista en los últimos años.
Sea como fuere y la llamen como la llamen, bienvenida sea una solución que permita a la periferia retomar, aunque sea de forma temporal, limitada e intervenida, las riendas de una política monetaria adecuada a sus propias necesidades.
Cualquier cosa menos el choque frontal con la cruda realidad de la política monetaria única, al que parecemos condenados.Y dada la inoperancia y cobardía de los dirigentes europeos, la creación de un Limbo que evite el colapso y la involución traumática, ya sería una proeza política que constaría en los libros de Historia, y de la que nos deberíamos sentir orgullosos. Manda huevos.
[…] (qué paradoja que se repita la Historia en el viejo continente!) Quizá será el momento de crear el Limbo periférico del que hablábamos en este artículo, para acomodar permanentemente a los sureños hasta un futurible -o utópico- […]
Addio, Italia, addio… 04/09/2012[…] El documento de 9 páginas íntegro lo podéis leer aquí y no tiene desperdicio. Ambos Ministros reiteran una y otra vez que hablan en nombre de Alemania y Francia, y su radicalmente distinto modelo de Europa nos deja perlas como éstas: “We will therefore move further towards political union in Europe and invite the other Europeans to join us in this endeavour” (…) “We need to recognise that member states differ in their levels of ambition member state when it comes to the project of European integration” (…) “We have to find better ways of dealing with different levels of ambition so as to ensure that Europe delivers better on the expectations of all European citizens” (…) “France and Germany will therefore promote a more coherent and a more assertive Europe on the world stage.” Nótese que se personaliza claramente que los promotores de esta iniciativa son Francia y Alemania, y ya no emplean siempre el término EU o Unión Europea sino que comienzan a retomar el concepto genérico ‘Europa’. “We are seeing the European Union (aquí sí que utilizan el término EU…) being severely put to the test. It is challenged by a series of crises in its southern and eastern environment.” Muy probablemente sea este entorno del Sur y el Este las áreas que se contemplan dejar fuera del Superestado Europeo. […]
La filtración del proyecto del Superestado Franco-Alemán - ChatNews 04/09/2012