La falta de estadismo de Rajoy
Fácil fue en los últimos 2 o 3 años denunciar las miserias de Zapatero, pues éstas eran numerosas e indisimulables: Incapacidad para comprender y gobernar la situación económica, demagogia populista, bandazos en su política financiera, inmovilismo y falta de valentía para reformar su política laboral, y un larguísimo etcétera que nos ha llevado a la situación límite que todos conocemos.
Con Rajoy, en el gobierno ya desde hace 10 meses, la herencia asumida era tan negativa que su crédito era a priori más que razonable y holgado. Y a pesar de que se haya arremangado de inmediato con la reforma laboral y fiscal, no hay que obviar que lo ha hecho acuciado por los hombres de negro y la dama de blanco. Por la forma en la que se vienen produciendo las acometidas a las urgencias económicas españolas y la manera en la que están siendo explicadas -distorsionadas- a la opinión pública, intuimos que probablemente el Gobierno Popular alcanzará ya su primer año de mandato mostrando también claramente sus miserias e incapacidades. Y no sólo porque la situación económica de la banca, las comunidades autónomas y la del propio Estado esté quebrada sin que hayan sabido poner paño caliente alguno y sigan negando la mayor, sino también por la falta de estadismo que demuestra Rajoy ante unos requerimientos, por parte de la germánica UE y de Mr. Market, que van más allá de los conocimientos de economía o las políticas menos o más progresistas.
Las miserias que el gobierno de Rajoy/De Guindos está ya mostrando, y lamentablemente mostrará, en los próximos trimestres incluyen una falta de predisposición absoluta a la cesión de soberanía y a la transparencia, así como la clara intención de no tomar ninguna decisión que suponga la pérdida sustancial de votos, poder y confianza del electorado. Y desgraciadamente ambas cosas van a ser imprescindibles si queremos evitar el colapso de la Eurozona y mantener a Alemania en nuestro mismo barco o viceversa.
Estamos ante una situación donde el estadismo cobra el sentido sublime que ha caracterizado a los gobernantes que han hecho Historia a lo largo de los siglos XIX y XX. Ese concepto, el de priorizar el Estado (en este caso un macro-estado llamado Europa) o incluso el orden mundial, sobre los intereses presidencialistas y partidistas, es hoy más que nunca necesario para afrontar el colapso al que está abocada la UE. Sarkozy, errado o no en sus decisiones, parecía ser el dirigente europeo más consciente de la necesidad de dicho estadismo y sentirse cómodo en ese rol. Quizá por ello perdió las elecciones… En cambio Hollande tiene una talla política mucho más ajustada a la que puede tener Merkel o Rajoy, es decir, un perfil tan bajo como electoralista. Monti, por su parte, hace honor a su etiqueta de tecnócrata y está bastante menos preocupado por un electorado que jamás lo eligió. No podemos hablar de estadismo en el caso Monti puesto que su perfil es otro, pero sin duda su formación financiera y su despreocupación por los votos le hacen mucho más efectivo como gobernante en tiempos críticos como los actuales.
La Eurozona, faltada de una presidencia y gobierno único europeo, históricamente reclamado desde los EE.UU. y el resto del mundo, necesita como el aire que respira que sus diversos presidentes y gobiernos sean verdaderos estadistas. Que antepongan los intereses de Europa sobre los de sus respectivos países, y por supuesto sobre los de sus respectivos partidos políticos. Sin ese estadismo admirable e históricamente admirado, jamás lograremos superar la tormenta perfecta a la que se enfrenta la Eurozona. Y vamos de cabeza a encontrarnos después, cuando el tiempo amaine, con unos restos del naufragio dolorosos, inconexos y desperdigados. La única buena noticia es que la devastación y la purga será tal, y el punto de partida tan primitivo, que sólo podremos mejorar. Pero necesitaremos décadas para alcanzar el nivel económico y de bienestar que las vergüenzas y la ausencia de estadismo de nuestros políticos actuales europeos están echando por la borda mientras se aferran miserablemente a sus cargos.
[…] Volviendo a la opción de que sea la periferia la que se aparque en el Limbo, por supuesto, dicho “apartheid” tendrá un calendario de reentrada muy, pero que muy electoralista optimista. Tanto que indefectiblemente se verá revisado y retrasado con el paso de los años, a conveniencia de la política electoralista más hipócrita, como ocurre con los calendarios de déficits actuales. Al fin y al cabo, ¿a qué político europeo le preocupan los problemas que han de llegar más allá de su propia legislatura, o a lo sumo la siguiente? Quien venga después que apechugue con sus electores y sus propias rupturas de promesas y tratados varios. Es decir, el último que apague la luz… Esa es la miserable esencia de nuestros políticos, que están en las antípodas del estadismo necesario, como ya dijimos en este artículo. […]
Un Limbo para la periferia europea 31/08/2012[…] con el consecuente suicidio político para los gobiernos en cuestión.Como dijimos ya en “La falta de estadismo de Rajoy“ esa ausencia de sentido de Estado, ya está retardando fatalmente la toma de la decisión […]
Bolsa Economía Inversión- Gurusblog 31/08/2012