Como una ola, la pasta entró en mi vidaaa… Boquerones Fritos (11)
«Hace un tiempo que invierto, cuatro o cinco veces al año, una monedita en procurarme una de las satisfacciones más satisfactorias de mi vida. Compro un boleto de lotería primitiva y durante unos días me dedico al «qué me compraré, qué me compraré». Viajes, comprar y reformar una bonita casa de pueblo, aliviar la economía de la gente que quiero, una biblioteca enterita… Un par de veces, sin embargo, he estado a punto de entrar en pánico, cuando, al comprobar si tengo los números de la suerte, escucho que hay bote de más de mil millones (de pesetas, claro). En ese momento he llegado a sentir temblequera (por favor, por favor, que no me toque todo a mí sola) ante la idea de qué hacer con tanta pasta. Casi he llegado a pensar en cómo deshacerme de ella. Millonaria… bueno, pero millonaria por etapas.
Por ello, el día en que llegué a vuestra página, respiré: Si mis temores llegan a hacerse realidad, aquí está la solución. Tranquila, guapa, me dije, (es que yo me trato muy bien), dejas el dinero una semanita en el banco y consultas, que hay profesionales expertos para asesorarte en estos laberintos.
Pero después de leer esta entrada en el blog, no lo veo ya tan claro. No creo que me vayáis a servir de ayuda. Os lo cuento: «cómo quiero vivir a partir de ese momento»(cita textual)
En primer lugar quiero celebrarlo. ¿Qué gracia tiene un acontecimiento así si no puedes compartirlo con la gente que quieres? Y no veo como llamar a mi hermano para decirle: «me ha tocado la lotería, vámonos a ponernos ciegos de gambas, pero lleva la tarjeta, que pagamos a escote, es que ahora lo tengo todo en un plazo fijo hasta el año que viene, y como sigo pagando hipoteca…»
Luego quiero compartirlo. Mi sobrina número tres se ha apuntado a la autoescuela. ¿Me estiro un poco y se la pago? Y tengo una docena de sobrinos (sus padres y madres también son familia, oyesssss tú, y a lo mejor esperan un caprichazo)
Quiero mantener mis relaciones. Para esto un poco de dinero extra me viene bien. ¡Gente, os invito a cena y concierto de jazz!. Pero demasiado me estorba. Ir de invitona todas las veces envenenaría el buen rollo. Y además, no tendrán tanto tiempo libre como yo, mis amistades trabajan, vaya. Aquí hay que pulirse el sobrante de modo razonable para no estar en desequilibrio.
Mi coche tiene ya quince años, y hoy mismo está, de nuevo, en el taller. Si no viviera en mitad del mundo rural, igual me compraba un bono-metro con el premio. ¿Tengo que esperar a que me genere intereses suficientes para cambiarlo? Por cierto, el coche de mi pareja es de la misma quinta, y cuando la carretera va cuesta arriba hay que dar pedales para llegar a la cima..
Cielo, ese viaje al Canadá que tanto deseabas… llegó el momento de conocer qué hay más allá de Chinchón.
Quiero una ocupación. Ya he dicho que toda la gente con quien me gusta pasar buenos ratos trabaja. Y a partir de ahora yo tendré demasiado tiempo libre para dedicarlo a mí misma y a mi pareja solamente. ¿Qué tal poner en marcha un negocio, «eso» que siempre quise hacer? Y ¿además tu prima te propone que inviertas en un proyecto que está desarrollando? Lo que tú veas, amor, no faltaría más.
Y por último, quiero una vivienda nueva. Con mejor calidad y un poco más grande, sí, quiero un par de habitaciones más. Y un jardincillo. Y una biblioteca. Y dos plazas de garaje. O tres, ya puestos…
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Mmm… me temo que cotejar lo anterior con vuestros consejos y caérseme los palos del sombrajo es todo uno. En fin. No hay manera de evitarlo. Estamos destinados a engrosar la estadística de millonarios empobrecidos. Y no tengo nada claro si quiero que sea de otro modo.
Me da a mí que esto de ser millonario no es un estado, como ser de Valencia, sino que ser millonario es una profesión, como ser fontanero. Para ser millonario hay que tener oficio, vocación y el dinero es sólo la herramienta. Por eso si el dinero cae en manos de, pongamos por caso, Dalamar, imagino que hará un millonario muy aparente y muy poco «arruinao»; y si cae en manos de «nosotros», entrará en nuestra vida como una ola, surfearemos sobre la pasta en lo más alto, y nos daremos un castañazo regular. (La arena es blandita, ¿no?)
Gracias, chicos. Lo habéis intentado.»
Mi querida Pilar, mañana nuestros comentarios…
A mi no me ha tocado la lotería pero me ha tocado hacerme cargo de un negocio que estaba parado hace años.Cobré el paro de golpe y me lancé a "regenerar" maquinaria y demás. Lo he gastado todo en ello y en un mes lo he echado a andar, todavía faltan permisos y demás pero parece que a nadie le importa del todo, saben que SU lentitud No puede impedir mi determinación ni MI derecho.Me ha tocado hacerme cargo de una nave de tres plantas con unos 1200 metros cuadrados de la que únicamente hago servir la de arriba, como lavadero de automóviles y más adelante si consigo afianzar esta actividad como taller mecánico también.He sido la oveja negra, negrísima, de la familia, del pueblo y casi hasta de la provincia (y limítrofes) y si bien tengo experiencia en el trabajo no tengo ni puñetera idea de desenvolverme con la Administración, Ayuntamiento u mi simple oficina.Ahora cubro justito los gastos con poco trabajo lo cual no deja de sorprenderme, estoy solo y no deseo demasiada actividad pues se que se podría complicar y no daría buen servicio, temo contratar a alguien porque no se bien como responderá la actividad este invierno.Intuyo que podemos estar cuatro personas mas adelante, pero no tengo prisa.Me ha tocado la lotería porque al contrario de lo que sucede cuando te toca en dinero me ha supuesto una responsabilidad que nunca había tenido, no puedo salir con los amigotes -ahora vienen a hacerme compañía, porque abro sábados y domingos mañana- ya no puedo emborracharme como antes, ni ir detrás de las mujeres haciendo el ridículo (o no) -he de conservar la compostura, estoy notando que los mejores clientes que tengo son ellas precisamente- y paso muchas horas aquí cuando antes las pasaba de bares, en internet, o viajando sin rumbo para ver por ver lo que fuera.En fin, que esto de la Loteria es algo complicado y hay muchas formas de que te toque. Como este invierno no tenga suficiente volumen de trabajo me veo pidiendo dinero, finanaciación o crédito a quién sea. Eso si: A fondo perdido, yo no hipoteco mas mi vida ni que me toque la lotería.
Anonymous 12/08/2009