No news, bad news… good opportunities.
Con esto no quiero decir que vayamos hacia una situación caótica o descontrolada que supere la capacidad del Sistema al más puro estilo de los sensacionalistas citados, en absoluto. Simplemente que en épocas de dificultades que previsiblemente van a alargarse en el tiempo, parece como si las malas noticias se dosificaran de forma natural para que todo el Sistema financiero global las pueda ir asumiendo. En este escenario, cuando empezamos a asimilar las nuevas situaciones y a distensionar los músculos que forzaban nuestras expresiones cuando leíamos las noticias económicas, debemos estar preparados para nuevos sobresaltos. No sé si se trata de una Ley universal que dosifica nuestra capacidad de digerir adversidades o simple casualidad, pero en los momentos posteriores a una crisis financiera como la vivida este mes de agosto, parece que: No news, bad news.
Es posible que los movimientos sincopados que podamos sufrir estos próximos días no sean más que réplicas menores del terremoto inicial sufrido, y por lo tanto que no debamos dibujar un escenario distinto al que ya hemos aceptado globalmente. E incluso es posible que ni siquiera suframos réplicas significativas y que la crisis de crédito se vaya diluyendo lenta pero ordenadamente en todo nuestro Sistema. Pero precisamente con la intención de evitar pánicos innecesarios y peligrosos, debemos estar mentalizados para sufrir algunas sorpresas desagradables en los próximos días. Y en lugar de lloriquear o vender el fin de nuestros días a través de los medios de comunicación, sigamos modificando los escenarios necesarios y buscando y encontrando excelentes oportunidades de inversión. Bad news, good opportunities.