La movilización de activos. Es tiempo de efectivo.
Pero volvamos a el escenario inmobiliario español. Los feedbacks que estamos recibiendo actualmente de aquellos a quienes ha pillado el toro y todavía alimentan (en forma de intereses de financiación y/o impuestos y gastos diversos) sus sobredimensionados patrimonios inmobiliarios, son similares a los de hace dos años. Es cierto que ya no se pretende realizar un beneficio escandaloso como hasta hace unos meses, pero se ponen inmuebles en el mercado a un precio irreal. A los propietarios de inversiones inmobiliarias nadie jamás les preparó para sufrir pérdidas, era la inversión más «segura» de sus vidas. Por ello, los no necesitados salen al mercado sin asumir su situación real. Resultado: No se venden. Resultado de este resultado: Sus patrimonios dejan de progresar adecuadamente, puesto que las plusvalías son ya historia.
En época de crisis inmobiliaria y rally de tipos, los precios caen en general y el mercado se vuelve mucho más estrecho, es decir ilíquido. Por lo tanto sólo se venden los inmuebles que bajan considerablemente sus precios, además de algunos afortunados que se benefician de la inercia de los pocos compradores que quedan bajo el ya mencionado efecto anclaje. Las premuras de aquellos que estiraron más el brazo que la manga en la contratación de sus hipotecas y no previeron la subida de tipos actual (y quién sabe, futura), harán que los inmuebles de éstos sean los primeros en salir al mercado a precios más bajos. Por lo tanto, los inversores con patrimonio inmobiliario, que no hayan cometido también excesos en el apalancamiento de hipotecas bancarias, quedarán relegados a formar parte de esas ofertas que se cuelgan en el mercado sin ninguna posibilidad de encontrar comprador. ¿Por qué? Sencillamente porque ofertar inmuebles a precios de hace meses o incluso uno o dos años, es estar muy por encima de los precios reales de mercado actual. La mayoría sólo renuncian al incremento del beneficio acostumbrado y simplemente mantienen los precios de principios del 2006. Pero el mercado real lo encontrarán más abajo, aunque aquí debemos hacer una excepción como ya explicamos hace unos meses: Las propiedades Prime.
Vamos a extrapolar al escenario actual los argumentos que esgrimían hace un par de años los que no querían cambiar su estrategia compulsiva de acumulación patrimonial de inmuebles:
- Los bajos tipos de interés de entonces ya son historia, y ya no favorecen la compra de nuevos inmuebles como forma barata de apalancamiento inversor.
- El mantenimiento de hipotecas existentes se encarece al aumentar su coste, y reducen día a día el potencial de rentabilidad de la inversión efectuada. Bien sea en forma de alquileres o de plusvalía.
- Y por supuesto el agotamiento del rally alcista de precios inmobiliarios no sólo extingue la posibilidad de las plusvalías esperadas, sino que incluso amenaza con pérdidas a corto y medio plazo.
- Por otro lado, después de una larga luna de miel en bolsa, la incertidumbre y alta volatilidad de la renta variable es un elemento disuasor para encontrar en ella un alternativa tentadora a la inercia inversora en ladrillo
Sobre el papel convendremos en que al mismo tiempo este aumento de tipos favorece la inversión alternativa en rentas fijas de diversa índole, pero he aquí la cuestión: Los Financos y sobre todo los Rottweilers o también llamados Gestores de Banca en general, se encargan eficientemente de eliminar dicha posibilidad de las mentes de sus clientes. Y ello hace que en la práctica sea muy difícil encontrar, para los inversores medios y pequeños, unas alternativas muy utilizadas por los grandes patrimonios.
Resultado: Frenazo en el crecimiento patrimonial de este perfil de inversor medio y pequeño, que estaba basado en plusvalías inmobiliarias y bonanza de los mercados de renta variable. El resultado de este resultado: Los ricos se seguirán distanciando de la clase media y media-alta. Seguimos intentando que los patrimonios medios y pequeños tengan acceso a herramientas y estrategias de planificación reservadas históricamente a las grandes fortunas. Mostramos y facilitamos el acceso a estrategias que deben pasar obligatoriamente por la movilización de activos inmobiliarios hacia inversiones, cuyas rentas fijas puedan reinvertirse en cualquier tipo de negocio que desee su propietario: Desde el simple crecimiento del interés compuesto hasta incluso promociones inmobiliarias en países emergentes y Primes, si la cabra sigue tirando al monte… En definitiva evitar la inflexión o frenazo que están sufriendo desde hace unos meses los patrimonios medios en su globalidad.