Criterios clásicos de valoración y selección de inversiones.
El concepto de inversión es uno de los conceptos económicos más difícil de delimitar. La definición más general que se puede dar es que, mediante la inversión, tiene lugar el cambio de una satisfacción inmediata y cierta a la que se renuncia, contra una esperanza que se adquiere y de la cual el bien invertido es el soporte.
A la hora de invertir nos encontramos con un problema fundamental: determinar la rentabilidad del proyecto de inversión para decidir si éste conviene o no llevarlo a cabo, y además, cuando se dispone de una lista de alternativas de inversión, éstas se podrán ordenar de mayor a menor rentabilidad, con el objeto de priorizar las más rentables.
Hay diversos criterios de valoración y selección de inversiones, algunos de ellos son:
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Criterio del flujo neto de caja total por unidad monetaria comprometida.
Este método consiste en sumar todos los flujos de caja y luego, el total se divide por el desembolso inicial, obteniendo así el “flujo neto total medio por unidad monetaria comprometida” en la inversión.
Cuando dicho flujo sea mayor de la unidad, interesa realizar la inversión ya que de lo contrario la inversión no permitiría recuperar el capital invertido.
Este método tiene varios defectos, uno de ellos es que no tiene en cuenta el momento en que son obtenidos los distintos flujos netos de caja.
Por otro lado, sólo la parte que excede a la unidad es rentabilidad en sentido estricto, porque la otra parte es recuperación del capital. -
Criterio del flujo neto de caja medio anual por unidad monetaria comprometida
Este criterio es el cociente entre el flujo neto de caja medio anual y el desembolso inicial.
Si la inversión, como es habitual, origina desembolsos no sólo en el momento presente, sino también en los primeros años de vida, se debe tomar como desembolso la suma de estos flujos negativos. Este método tiene los mismos defectos que el primero. -
Criterio del plazo de recuperación o “payback”.
El plazo de recuperación es el tiempo que tarda en recuperarse (amortizarse) el desembolso inicial.
Según este criterio, las mejores inversiones son aquellas que tienen un plazo de recuperación más corto, aunque esto es discutible: no considera los flujos netos de caja obtenidos después del plazo de recuperación y tampoco tiene en cuenta la diferencia en los vencimientos de los flujos obtenidos antes del plazo de recuperación. -
Criterio de la tasa de rendimiento contable.
Este método es el que mejor se ajusta a la información facilitada por la contabilidad.
Se calcula mediante el cociente entre el beneficio contable anual (después de haber deducido la amortización y los impuestos) y el desembolso inicial de la inversión. Se incluyen la inversión en activo fijo y también en activo circulante.
Este método utiliza el concepto de beneficio y no el de flujo de caja. Contablemente, los ingresos se contabilizan cuando se generan aunque no estén efectivamente cobrados, por lo que los beneficios no se pueden invertir en un activo productivo o repartir en forma de dividendos hasta que no se cobran. El rendimiento contable no tiene en cuenta si esos beneficios están cobrados o no.
Por otro lado, este método tampoco actualiza los beneficios y considera igualmente deseable un beneficio del primer año que un beneficio de un año posterior. -
Criterio del valor capital
El valor capital de una inversión es igual al valor actualizado de todos los rendimientos esperados.
VC= – A + (Q1/ (1 +K)) + (Q2/(1+K)^2) + (Q3/(1+K)^3)+…..+(Qn/(1+K)^n)
VC es el valor capital
A es el tamaño de la inversión
Q es el flujo neto de caja de cada año
K es el interés o tasa de descuento de mercado
^ es elevado a
n es el número de años, desde el año 1 hasta el último, denominado n.
Según este criterio sólo conviene realizar aquellas inversiones cuyo valor capital sea positivo. Cuando existen varias inversiones con valor capital positivo, se debe dar prioridad a aquellas cuyo valor capital sea mayor.
La ventaja del valor capital es que tiene en cuenta los diferentes vencimientos de los flujos de caja.
Uno de los defectos es la dificultad de especificar un tipo de descuento K, se supone que es el tipo de interés del mercado, pero ¿cuál se puede decir que sea el interés del mercado? El interés cobrado por el banco en sus préstamos, el interés pagado por la deuda del tesoro público, el Euribor,….
Otro defecto de este criterio es que supone que los flujos de caja positivos son reinvertidos inmediatamente a un interés K igual al descuento y que los flujos de caja negativos son financiados con unos recursos cuyo coste también es K. Eso ya sabemos que es totalmente irreal. -
El payback descontado
Una de las críticas del payback era que no tenía en cuenta el momento de generación de los flujos de caja, si estos se descuentan mediante la fórmula de descuento del “valor capital” se elimina ese inconveniente. -
El índice de rentabilidad o ratio ganancia-coste.
Se obtiene dividiendo el valor actualizado de los flujos netos de caja o cash flow de la inversión por el desembolso inicial o tamaño de la misma.
El defecto de este índice es que mide la rentabilidad referida a toda la vida de la inversión y no a una base temporal anual, como es habitual. -
Criterio de tasa interna de retorno
La tasa de retorno o tipo de rendimiento interno de una inversión es aquel tipo de descuento R, que hace igual a cero el valor capital.
VC= 0 = – A + (Q1/ (1 +R)) + (Q2/(1+R)^2) + (Q3/(1+R)^3)+…..+(Qn/(1+R)^n)
Sólo interesarán los proyectos cuya tasa de retorno R sea superior al coste del capital K. Se priorizan las inversiones con tasa de retorno mayor.
Para resolver esta ecuación de grado n, lo más fácil es usar una calculadora financiera o bien mediante el método de prueba y error, ir introduciendo valores de R hasta que nos aproximemos lo máximo posible a VC = 0.
Por otro lado hay un claro efecto de la inflación y de los impuestos a la hora de calcular la posible rentabilidad de nuestra inversión.
Para tener en cuenta estos dos factores en el cálculo del Valor Capital, la fórmula quedaría como sigue:
VC= – A + ((Q1 – tQ1)/ ((1 +K)*(1 +g)) + ((Q2 – tQ2)/((1+K)^2*(1 + g)^2)) +…..+((Qn – tQn)/((1+K)^n * (1 + g)^n))
Siendo t la tasa impositiva y g la inflación prevista.
Todos estos métodos son deterministas. Las magnitudes que definen el problema de inversión se consideran perfectamente conocidas. La realidad económica es otra. El futuro difícilmente se puede conocer con precisión. Hay métodos que introducen ese componente de riesgo o probabilidad en las fórmulas con lo que éstas se complican aún más, teniendo en cuenta la esperanza matemática, varianza, ….pero creo que eso ya sería teorizar en exceso.
Además de todos estos métodos, sobre todo hay que tener en cuenta la preferencia personal y el aspecto psicológico, ya que cuanto más nos guste nuestra inversión, más tiempo y atención le dedicaremos.
La teoría está muy bien, pero ¿realmente haces todos estos cálcuos cuando te planteas una inversión?Sobre todo en bolsa…
Anonymous 07/06/2007En bolsa,depende, si inviertes a largo plazo con criterios fundamentales si se puede hacer una proyección de los beneficios estimados de la empresa y por tanto,de nuestra posible rentabilidad.Sin embargo, para ir a corto plazo, hay mucha mayor volatilidad y dificilmente se puede prever nuestra rentabilidad, ahí habría que usar otros criterios.Hay un libro que se llama "25 estrategias para ganar en bolsa" de Alicia Jiménez de la Riva, Felipe Mesía Martínez y Puy Carazo Abad. Ahí hablan desde el análisis técnico y varios criterios fundamentales hasta la evolución de la bolsa en relación al largo de la falda. El criterio que se use para elegir nuestras inversiones es muy personal y variable en el tiempo. Cada cual debe usar las herramientas que conozca y se adapten a sus preferencias.
Adela 07/06/2007