Este es uno de los artículos por los que más felicitaciones hemos recibido, y de los que nos sentimos más orgullosos. De hecho, aquella conversación con el piloto de Fórmula 1 que mantuvimos hace ya algunos años, nos cambió radicalmente nuestra manera de entender la competencia.
La obligación de una constante mejora, el Efecto Cluster por excelencia, la máxima competitividad y la necesidad de obtener los mejores resultados, son constantes en el mundo de la Fórmula 1. Los avances que son fruto del durísimo esfuerzo económico y profesional de una temporada, quedan totalmente obsoletos al iniciar el siguiente campeonato. Los escenarios son tan efímeros como en la propia economía. Por eso el mejor equipo del pasado año puede fácilmente caer en la mediocridad en sólo pocos meses. La constante mejora de la competencia y su capacidad para adaptarse a los cambios constantes en las normativas y escenarios establecidos por la FIA, hacen que un avance revolucionario no signifique nada sin una constante labor de innovación y mejora. Extrapolable 100% al mundo de las finanzas.
Por todo ello, el ultra-competitivo mundo de la Fórmula 1, puede mostrarnos el camino a seguir en nuestro aprendizaje para conseguir mejorar nuestro patrimonio día tras día. Debemos ser conscientes de que la competitividad para conseguir la adecuada progresión patrimonial a lo largo de la vida es aún mayor que la de una simple competición automovilística, aunque se trate se la mismísima Fórmula 1.
Como podréis comprobar, este artículo también generó otro muy interesante de Echevarri en el que encuentra 3 semejanzas entre la Fórmula 1 y el mundo financiero y jurídico.
Aquí tenéis nuestra entrada original de hace un año:
Fórmula 1 y Counselling global. ¿Quién teme enseñar su Know-How?