Estudiar en Estados Unidos: Universidad o High School?

Muchas agencias y consultores de educación venden la posibilidad de estudiar un año en High Schools (HS) en Estados Unidos durante algún curso de ESO o Bachillerato. Dichas estancias se suelen recomendar como una buena manera de perfeccionar el inglés y adaptarse a la vida allí, a modo de preparación para que nuestros hijos después, una vez regresen a España y acaben el bachillerato, puedan cursar su carrera universitaria en EE.UU. sin dificultades lingüísticas ni culturales. Pero debemos advertiros de que, en nuestra opinión y experiencia, no es para nada conveniente ir a estudiar a los Estados Unidos antes de finalizar el bachillerato. Y es que el sistema educativo español en la ESO o el Bachillerato es claramente superior académicamente que en el High School norteamericano.

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Muchas de las asignaturas son allí optativas a esas edades, lo cual les induce al camino fácil. El nivel general es tan flojo que estadísticamente el 55% de los alumnos acaban graduándose en HS con una nota media de “A”, o sea el equivalente a un sobresaliente en España, lo cual da una idea de la relajación académica. Por eso, los estudiantes españoles que cometen el error de marcharse a cursar un año allí, avanzan en inglés pero regresan con un nivel académico muy inferior (especialmente en matemáticas y el resto de asignaturas de ciencias) al que han conseguido sus compañeros de clase que se han quedado durante ese mismo curso en un buen centro educativo en España. Y la adaptación al entorno americano y el nivel de inglés lo pueden alcanzar perfectísimamente sin perjudicar sus estudios de ESO y Bachillerato, simplemente a través de estancias veraniegas en Summer Camps en USA, disfrutando de los deportes, el compañerismo y la exuberante naturaleza de la costa Este en estados como Maryland, Connecticut, Massachussets, NY, etc.

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En cambio, estudiar la carrera universitaria en cualquier universidad norteamericana de nivel medio o superior es más que recomendable, casi diría que imprescindible si queremos mejorar el dramático horizonte profesional que tienen nuestros jóvenes en España, como ya explicamos en este artículoen este otro.

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La calidad de enseñanza y recursos de todo tipo del que disponen las universidades en USA es literalmente abrumadora. Y a pesar de que en España tenemos un cierto prestigio universitario internacional, las comparaciones son odiosas. Por tanto recomendamos encarecidamente, a las familias que puedan permitírselo, que envíen a sus hijos a estudiar sus carreras universitarias a los Estados Unidos.

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Si lo vemos como una herencia donada a nuestros hijos en vida y en especie, los costes totales de enviarlos 4 años a una buena universidad en EE.UU. no son mucho más caros que enviarlos a estudiar a una buena universidad privada en otra ciudad española. Podéis ver información detallada en “Estudiar en una Universidad de los Estados Unidos“.

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Las familias deben por tanto comprender que enviar a sus hijos a EE.UU. durante la ESO o el Bachillerato les va a hacer perder el buen nivel de estudios y contenidos que ofrece nuestro sistema educativo. En cambio, los padres deben ser conscientes de que, a poco que económicamente puedan, enviarlos a estudiar sus carreras a universidades norteamericanas va a suponerles una formación y una titulación de prestigio muy superior a la que pudieran conseguir en España.

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La vida universitaria en USA tampoco tiene punto de comparación respecto a la que tienen los estudiantes en España. El proceso de madurez por el que atraviesa todo adolescente ya desde el momento en el que se preparan sus aplicaciones universitarias (año y medio o dos antes del inicio de la universidad), es absolutamente mágico e imposible de conseguir si empalman el bachillerato con la universidad sin volar del nido. Y no es un salto al vacío ni mucho menos, os recomiendo releer las 10 preguntas que se hacen los padres cuando se plantean enviar a sus hijos a una universidad norteamericana, y veréis que el sistema universitario está perfectamente preparado para acoger y guiar a nuestros hijos en ese primer vuelo titubeante. De modo que en esos 4 años (8 meses al año) viviendo en una universidad a miles de km de casa, no sólo se graduarán con una formación superior a la que habrían optenido aquí, sino que a la vez habrán acumulado una madurez, experiencia y capacidad para moverse por todo el mundo que marcará la diferencia a lo largo de sus vidas para siempre.

 

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