Estudiar en Estados Unidos con beca. Toda la verdad.

(Te interesará leer nuestra actualización a diciembre 2022: «Estudiar en Harvard con Beca«)

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Estudiar en USA con beca:.

Estudiar en USA con beca académica es el sueño de muchos estudiantes internacionales. Y muchas agencias venden esa posibilidad como un “free lunch” garantizado que todos los alumnos deberían aprovechar. ¿Quién podría querer estudiar en una Universidad sin beca pudiendo hacerlo en otra que sí que nos ofrece una jugosa ayuda económica, verdad? Pero la respuesta no es tan obvia ni mucho menos. Y a continuación vamos a explicar toda la verdad sobre las becas universitarias en USA:

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Precio universidades en Estados Unidos:

Lo primero que hay que saber, aunque esto puede sorprender a muchos, es que el precio de las universidades no siempre va ligado a su nivel académico. Así pues existen universidades públicas con costes moderados, con un altísimo nivel académico y muy difíciles de acceder. En cambio también hay privadas carísimas, con estudiantes muy malos y que admiten a cualquiera que pague el precio de la matrícula. También debemos saber que a menudo el precio de las universidades está condicionado por la ley de la oferta y la demanda. Es decir, todo el mundo quiere estudiar en California o en la Costa Este, cerca de Washington DC, NYC o Boston, donde generalmente la relación calidad-precio de las universidades es peor (excepto en las top como Harvard, Princeton, Stanford, etc, claro). Y en cambio existen prestigiosísimas universidades en los Estados centrales de los EE.UU. con una relación calidad-precio buenísima. Descárgate aquí nuestra Guia para Estudiar en Universidades de los Estados Unidos.

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Universidades Low-Cost:

Después tenemos el segmento Low-Cost, donde siempre son preferibles las universidades públicas, puesto que suelen tener ya un cierto tamaño que les permite disponer de instalaciones de todo tipo (el tamaño importa.. y mucho en lo que se refiere a campus universitarios). Además, todos los ingresos de las Universidades públicas se reinvierten en la propia institución en proporciones perfectamente establecidas por ley, lo cual garantiza el equilibrio y buen mantenimiento de todos los departamentos de las universidades públicas, a pesar de que sean del segmento Low-Cost. En cambio en las privadas Low-Cost, sean o no con ánimo de lucro, la asignación del dinero es una decisión que toman los dueños de la Universidad. Y por tanto, si por ejemplo el presidente es un fan del futbol americano y un mal lector, la Universidad tendrá un gran campo de fútbol y una minúscula biblioteca. O si los dueños son devotos de cualquier religión, la universidad tendrá una estupenda gran iglesia y quizá unos laboratorios, habitaciones o comedores muy descuidados. Mientras que en las públicas, como decíamos, cada dólar que entra en la Universidad debe emplearse al céntimo en lo que establece la ley. El resultado es que, a pesar de que las mejores universidades de los EE.UU. son privadas (Harvard, Princeton, Yale, etc.) en el sector Low-Cost son infinitamente mejores las públicas, ya que las privadas suelen ser muy pequeñas y sesgadas (profesando distintas religiones) en función de los gustos y características de sus dueños.

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Becas académicas:

Pero entremos ya en materia de becas: Las 4.300 universidades que existen en EE.UU. compiten ferozmente entre sí, año tras año, para escalar puestos en los múltiples rankings que se publican en diversos medios. Y para ello necesitan incorporar cada temporada a mejores alumnos en su población estudiantil. Es decir, tratan de captar el interés de estudiantes cuyas notas y nivel académico sea superior que el promedio del nivel académico de todos los alumnos ya matriculados en su propia Universidad.

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Mediante toda la información aportada en el proceso de aplicación universitaria, los Comités de Admisión saben perfectamente si el nivel académico de un aspirante es superior, igual o inferior al promedio de los alumnos que ya estudian en esa Universidad. Si el nivel del aspirante es inferior difícilmente lo admitirán, si es equivalente quizá sí, y si es superior no sólo le ofrecerán la admisión sino que posiblemente le ofrezcan también algún tipo de incentivo económico, o sea una beca parcial. Y es que los Comités saben perfectamente que un alumno con nivel académico superior al promedio de alumnos de esa Universidad, probablemente será admitido también en otras universidades de mayor nivel académico. Y por tanto, si dicho Comité quiere tener alguna posibilidad de captar el interés de ese alumno por matricularse en su Universidad, debe ofrecerle un incentivo económico para convencerlo de que elija matricularse allí y que descarte otras ofertas de admisión más prestigiosas.

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Conclusión: Las becas no son gratis. Es decir, toda oferta de beca supone una renuncia académica por parte del alumno. Dicho de otra manera, si ese mismo alumno no necesitase beca podría matricularse en universidades de mayor prestigio y nivel académico, puesto que seguro que habrá recibido ofertas de admisión de universidades más prestigiosas que la que le ha ofrecido la beca.

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Una vez aclarado este punto hay que decir que sin embargo una beca, a pesar de la consiguiente renuncia a un cierto nivel académico, puede marcar la diferencia para algunas familias entre poder o no poder enviar a sus hij@s a estudiar a una Universidad en los Estados Unidos. Podéis ver aquí los 3 tipos de procesos de aplicación que ofrecemos para alumnos españoles que aspiran a estudiar su carrera universitaria en USA. Por tanto, esos incentivos económicos pueden ser una magnífica opción en caso de necesidad. Pero siempre debemos ser conscientes de que cada dólar recibido en forma de beca va en detrimento del nivel académico de la comunidad universitaria en el que se va a sumergir nuestro hijo o hija. Y quien diga lo contrario miente, porque repetimos: Las becas no son gratis.

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Sin duda todos los padres y madres queremos que nuestros hijos estudien en universidades del mayor nivel académico y prestigio posible. Y que durante sus años de vida en la Universidad de EE.UU. estén rodeados de miles de alumnos que sean como mínimo tan listos y tan buenos estudiantes como ellos. Pero seamos realistas, eso sólo lo vamos a conseguir si renunciamos a las universidades que nos ofrezcan becas.

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Becas deportivas:

Dejando de lado las becas académicas, y en cuanto a las becas deportivas se refiere, el proceso de oferta se parece más al de un fichaje deportivo que a un proceso de aplicación universitaria. Es decir, la prioridad ya no es determinar el nivel académico del aspirante sino su nivel deportivo, y la decisión de ofrecerle o no una plaza ya no estará en manos del Comité de Admisiones sino en manos del entrenador correspondiente al deporte que practique el candidato/a. Por ello, para la inmensa mayoría de alumnos que estudian con beca deportiva, el nivel y el prestigio académico de la Universidad es absolutamente secundario, y suelen acabar “fichados” en universidades remotas y/o de catagorías 7, 8, 9 o 10 (más info de los diferentes niveles o categorías aquí). El hecho de que el nivel académico de las universidades que suelen ofrecer becas deportivas sea tan bajo hace que, si el alumno destaca a nivel deportivo, dichas becas cubran gran parte del coste total. Es decir, que con una beca deportiva es posible que un deportista se matricule en una Universidad americana casi gratis. Pero la calidad académica de sus estudios y el prestigio universitario y profesional de su titulación dejará mucho que desear. Es significativo destacar que las universidades Ivy League jamás ofrecen becas deportivas, puesto que su única prioridad es la excelencia académica.

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En definitiva, las becas académicas pueden jugar un papel fundamental en las posibilidades de que un estudiante pueda cumplir su sueño y hacer su carrera en una Universidad en los Estados Unidos. Pero en la mayoría de casos es más recomendable ser admitido en una universidad cuyo nivel académico sea el más alto posible, aunque para poder sufragar su coste tengamos que renunciar a que dicha universidad esté en California, New Jersey, Maryland, NY o Massachusetts. Al fin y al cabo las universidades de buen nivel en USA son como auténticas ciudades en sí mismas, con campus de 3, 5 o 10 km2, donde los estudiantes hacen vida y tienen de todo sin necesidad de tener que estar cerca de Los Angeles o de Manhattan para nada.

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